
Fuego: aquel ser místico que baila solo en la oscuridad,
el que te hipnotiza con sus insinuados movimientos,
ese ser que da vida al corazón de las máquinas en manos equivocadas está.
Cuídalo y no lo regales ya que consigo mucho poder traer y puede quemar una ciudad entera;
pero si lo usas bien, tan solo un cigarrillo puede encender.
Aquellos cigarros que encendí en el olvido quedaron,
ese humo que ahora inhalo tiene un sabor distinto,
posee tristeza y soledad. Pero debo alegrarme,
cigarros puedo aún encender aunque el mismo fuego no es.
Calor no da al frío mundo de la oscuridad
y solo aquel trozo de tela puede protegerme
o al menos es lo que mi mente cree,
pero en mi poder tampoco está;
y ahora siento la piel de esos seres,
que caminando siempre están y a distintos lugares me quieren llevar,
me han arrebatado lo que me movía. ¡Oh! ¡Aquello que me movía ya no está!
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